Radhakrishnan estaba persuadido de que la empresa filosófica no debía limitarse a proporcionar una verificación y análisis racionales, sino que debía dar una visión profunda y transformadora del contenido espiritual de la existencia en sus dimensiones personales e históricas, como antídoto a los valores deshumanizadores cada vez más predominantes en la civilización occidental. Para Radhakrishnan, la fuerza única del Vedanta fue su validación de la lucha espiritual personal por una penetración más profunda en el significado de la vida misma. Radhakrishnan combinó este compromiso con un enfoque humanista en la necesidad de cambio y reforma social que mediaba en parte por una reinterpretación de las formas y textos religiosos tradicionales hindúes. Su traducción e interpretación del Bhagavad Gita (Song of the Lord) se esfuerza por mover las instituciones hindúes tradicionales (por ejemplo, el sistema de castas) en la dirección de los valores “democráticos”. Demostró ser capaz de llevar a cabo esta tarea sintética potencialmente incómoda al destacar los aspectos más profundos de la filosofía hindú que trascienden intrínsecamente las formas históricas y sociales provisionales asociadas al hinduismo normativo. Algunas de sus otras obras principales—Un idealista Esta perspectiva histórica evolutiva tuvo un marcado impacto en la interpretación de Radhakrishnan de la doctrina tradicional de Karma (action—la ley de retribución ética). El individuo es responsable no sólo de su propio destino dentro de una cosmología estática de trasmigración personal sino del bienestar de todos los hombres. Cada persona actúa (o no actúa) para promover posibilidades futuras. De este modo, la salvación individual está ligada al destino de la humanidad y al objetivo último del propio proceso histórico. Aunque su concepto de “verdadera humanidad” está profundamente impregnado de la enseñanza vedántica, tiene varios modelos humanos específicos que encarnan su propio compromiso con las reformas que incorporan los valores occidentales dentro de la matriz más profunda de la espiritualidad hindú: son Rabindranath Tagore, Mohandas Gandhi y Jawaharlal Nehru. Para Radhakrishnan, estos paradigmas de la creatividad india moderna muestran una extraordinaria capacidad de sintetizar sistemas de valores en conflicto empleando los prístinos modelos místicos y ascéticos que se encuentran en el corazón del hinduismo. Es con estos hombres en mente que él afirma, “El hombre no es un espectador indiferente de un progreso inmanente en la historia de la humanidad, sino un agente activo que repite el mundo más cerca de sus ideales.” (Sarvepalli, Gopal) Radharkrishnan, Una biografía, Unwin Hyman, 1989. <(McGreal, Ian, ed.) Grandes Pensadores del Mundo Oriental, Harper-Collins, 1995.
New York Times (18 de abril de 1975). El pensador idealista
Fuentes adicionales de biografía