Ciencias Biológicas y Físicas
Las obras de Albertus Magnus abarcan todo el conocimiento de la época en ciencias naturales y filosofía, así como en teología. Sus escritos botánicos, particularmente De vegetabilibus et plantis, se destacan por su exactitud y descripciones detalladas de la anatomía de las plantas. Su clara comprensión de la base empírica de un esquema taxonómico para la evolución de las plantas, evidente en su explicación de las formas mutables, no iba a ser superada hasta que los botánicos del Renacimiento redescubrieron la naturaleza.
También tenía cualidades de agricultor práctico y conservacionista intuitivo, abogando por el uso adecuado del estiércol, la plantación de árboles para detener la erosión del suelo, y el cultivo de viñedos.
En las ciencias físicas comentó extensamente sobre la química, la geología, la petrología, y el complejo problema de la estabilidad de las formas minerales. Aquí siguió la concepción aristotélica de los cuatro elementos y las cuatro cualidades y evitó las nociones fantasiosas de los alquimistas manteniendo una actitud escéptica hacia la posibilidad de una verdadera transformación de los metales básicos en oro o plata. Aisló el elemento arsénico, compiló una lista de unos 100 minerales y sus propiedades, e hizo observaciones precisas de los fósiles. Sus “escritos químicos” discriminan los procesos básicos de la protoquímica, es decir, sublimación, destilación, pulverización, molienda, calentamiento, cementación, disolución, coagulación y licuefacción.
Autonomía de la razón
La investigación de la naturaleza debe perseguirse incluso hasta las cosas individuales; el conocimiento de la naturaleza de las cosas en general es sólo un conocimiento rudimentario.
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